Los biosensores

El minero R. Thornburg sosteniendo una pequeña jaula con un canario usado para detectar monóxido de carbono en 1928. George McCaa, U.S. Bureau of Mines.

La biotecnología es una disciplina clave para la sociedad de hoy. Como sabéis, consiste en aplicar nuestros conocimientos sobre biología para poder hacer aproximaciones técnicas de mucha utilidad para la humanidad. Una de las ramas más fascinantes de la biotecnología es la biotecnología ambiental, que a veces también se conoce como biotecnología verde. Uno de los grandes inventos de este tipo de tecnología son los biosensores. 

Un biosensor es un instrumento para la medición de parámetros biológicos o químicos. Suele combinar un componente de naturaleza biológica y otro físico-químico. Normalmente, un biosensor se compone de tres partes:

1. El sensor biológico: puede ser un tejido, un cultivo de microorganismos, enzimas, anticuerpos, cadenas de ácidos nucleicos, etc.
2. El transductor: acopla los otros dos elementos y traduce la señal emitida por el sensor.
3. El detector: puede ser óptico, piezoeléctrico, térmico, magnético, etc.

El ejemplo más común de biosensor es el que mide la glucosa en la sangre. Utiliza una enzima que procesa moléculas de glucosa, liberando un electrón por cada molécula procesada. Dicho electrón es recogido en un electrodo y el flujo de electrones es utilizado como una medida de la concentración de glucosa.

Como curiosidad: ¿sabes que durante mucho tiempo, los mineros utilizaban canarios enjaulados para detectar la cantidad de monóxido de carbono en las minas de carbón? Esto, al fin y al cabo, puede ser considerado un primitivo biosensor.

Aquí os dejo una presentación de Prezi donde os explico el uso de biosensores para la detección de un contaminante muy tóxico: el arsénico.